martes, 6 de julio de 2010

Zapatito blanco, zapatito verde dime cúantos años tienes tú


Nunca había imaginado un vestido pegando a una mujer.
(mención a: eso te pega mucho)

No sé a quien más le debe pasar esto que voy a comentar ahora a parte de a mí, que soy un ser peculiar por excelencia. Cuando escucho música por la calle me siento la élite. Voy andando y creo que esa canción ha sido compuesta para mí y para nadie más, que las letras hablan de mi vida y de la de nadie más. Que esa canción soy yo y que cualquiera que la escuche estará violando mi intimidad. Bueno, tal vez  no llegue a ese extremo pero casi. 

Adoro los momentos en que se acerca el tramo que más me gusta y marco con fuerza mis pasos o muevo de tal manera los brazos o hasta sonrío como si estuviera superando todos mis problemas. Yo, ahí, me crezco. 
Seguro que si alguien me preguntara por tal calle o tal sitio actuaría  como Richard Ashcroft  en un videoclip buenísimo de The Verve (Bittersweet Symphony). 

Y no sólo desenvolupo tal paja mental por la calle sino que también lo hago en el coche, yendo en bicicleta, etc, vamos, típicos escenarios perfectamente adaptables a una escena de un vídeo. Por ejemplo, en el coche recreo algo tipo "¿TE GUSTA CONDUCIR?" con la manita fuera de la ventana imitando las olas del mar, con el viento chocando contra mi cara (hay veces que es molesto pero se debe sufrir por no joder la escena) y a ser posible que el sol también esté presente para poder alcanzar una mueca en la cara digna de ser grabada. 

En resumen, cada vez que cojo el Ipod y me pongo los cascos creo que me voy a comer el mundo con mis grandes pasos marcados y mis aspavientos con los brazos. Ah! Y sobretodo con esa sonrisilla que brilla a la luz del sol. Y, por fortuna o por desgracia, eso sucede bastante amenudo ya que no se ir por la calle sin la compañia de una banda sonora.

Porque claro, al menos yo, tengo una banda sonora determinada para momento.... pero eso es otro tema y prefiero crear uno nuevo a alargar esto más.

moraleja (seria)
Todo el mundo (porque creo que es así) que va con cascos por la calle, a no ser que esté escuchando la radio o algo similar, se está creyendo igual de puto rey que tú que también llevas cascos.

Y hoy no hay moraleja aplicable a la vida real porque hace bastante que no salgo y no puedo plasmar en el blog aquello que me sucede. Punto redondo.

PD: Sigo escuchando CAROLINA LIAR que es un muy buen grupo.
PDD: La foto es mía, igual que todas, y es de Menorca ya que estube allí hace una semanita con cuatro amiguitos. Allí las playas son así de bonitas y limpias, no como en Barcelona que echan peste.

lunes, 5 de julio de 2010

con esto y un bizcocho, hasta mañana a las nueve


Los pendientes son cosas que dejamos por hacer.

He empezado este post unas tres veces ya y la verdad es que no sé por dónde llevarlo... Tengo una crisis existencial que afecta a mis ideas y no deja centrarme en algo concreto sobre lo que escribir. Pero bueno, supongo que, poco a poco y escribiendo frases inconexas llegaré hasta algo ¿interesante? Al menos espero que me interese a mí (que soy, básicamente mi único lector). 

INCISO

ayer me fui al Corteingles para ver si conseguía econtrar el típico reloj Casio rancio que ahora tan de moda está. Es un gran reloj ya que es sencillo y tal, de hecho, yo lo tenía pero con la correa de goma. Total que, como ahora se lleva lo RETRO to' kiski quiere el jodido reloj y se agota rápido. Es eso que me planto en el escaparate y veo que la dependienta está muy atareada jugueteando con un niño mientras una japonesa española mira con deseo el reloj que yo anelaba. Al final, mi querida dependieta acudió a mi llamada y me preguntó qué quería total que le pido el maldito reloj, me dice que es el último, sin saber qué precio tenía me lo quedo y veo como la japonesa española frustrada abandona el campo de batalla rendida. En resumen: dejarse 26 eurazos pero acabar consiguiendo el reloj Casio RETRO no tiene precio.


Hecho este graaaan paréntesis comento que la simplicidad da la felicidad.
Sí, porque yo cada día me como menos la cabeza y cada día sonrío un poquitín más. Cada vez que me oigo decir "pero, ¿sabes qué? me la trae al pairo" sé que una bombillita de alegría se ha encendido en mi interior. Yo recuerdo hace unos añitos, en plena época del pavo (yo pensaba que era un mito pero se ve que no), que si no se estaba preocupado por algo no se era nadie. Aquel con el problema más gordo era el puto rey. Me acuerdo de algunas conversaciones con amigos que iban del palo:
X: pues a mí me ha pasado tal
Y: si, a tí te ha pasado tal pero a mi me ha pasado tal x2.
Y así sucesivamente, a ver quien la decía más gorda. Ahora, cuando cuento algo y otro me dice que su problemón es más grande lo compadezco. Porque me da penita o 1. porque es un farfollas que ya no sabe cómo llamar la atención o 2. porque realmente está jodido.

Con este post, no pretendo desprestigiar todos aquellos problemas o situaciones críticas con las que nos podamos encontrar ya que, son la sal de nuestra vida. Notar como la adrenalina o cualquier hormona pincha nuestros nervios hasta recibir una pequeña descarga de algo que nos produce dolor y, a su vez, placer.

Así que como buen anuncio de la DGT...

moraleja (seria)
En la moderación está el equilibrio.

moraleja
Si por St.Joan tienes el placer de encontrarte con un grupo de brasileños a los que les apetece apadrinaros, a tí y a tu grupo reducido de amigas, fíate de ellos porque son grandes personas. Además, te regalarán los oídos como a nadie sólo para que vayas a una playa y veas como juegan a volley playa.

PD. recomiendo escuchar CAROLINA LIAR o directamente leer Mondo Sonoro, que es una gran revista de música no muy comercial y que promociona grandes grupos como  Manic Street Preachers.
PDD. la foto la saqué yo hace un año en Praga, es el muro de Lennon.